MI PENA

De tanto llegar y quedarte,
cabizbaja camina mi alma,
sedienta de tantos recuerdos,
porque sabe
que sangra mi pena…
La triste sonrisa
que luce mi cara.

Los sordos sentidos
que abrazan la fe
no pueden
con lo que se avalancha.
Son las penas que matan
el suspiro mío
de las frívolas palabras
que me socavan.

Deseando sentirte cerca,
no renuncio,
a la llama inerte
de mis angustias,
por la hipócrita,
pero necesaria caricia,
del amor que nos juramos
aquella tarde.

Te busco y no te encuentro.
¿Habrás huido desbocado
por la angustia de querernos?
¿O por la inocencia pulida
que pesa sobre tus espaldas?
No importa…
Estés donde estés, a ti busco,
aunque al final,
no encuentre nada…